miércoles, 23 de febrero de 2011

Monge

No hay dos sin tres.  Ni cuatro.  Y ahora les explico como he llegado a esta conclusión.

UNO.

Long time ago, Montse, toda detalle, me regala por mi cumpleaños la ruta de los cómics en París. Inolvidable viaje en Talgo. Cava y cena en mesa para dos en el vagón restaurante. Tren de largo recorrido: muy propio del género interrobang.

El amanecer nos presenta un París nevado. Recorremos tienda tras tienda de la celebrada Rue Monge, Rue Danton y colindantes, ya que en esta zona se concentra el núcleo duro este tipo de preciado material. Que suerte para nosotros que hasta para los cómics sean chauvinistes.


DOS.

Años después releyendo el trepidante cómic interrobang "El caso del collar", de clara línea clara franco-belga, de Edgar Pierre Jacobs y protagonizado por sus eternos capitán Blake & profesor Mortimer, resulta que la aventura en donde se roba el fabuloso collar que perteneció a la mismísima Maria Antonieta, transcurre por la misma zona en la que paseamos y en la misma Rue Monge del mismo París.


TRES.

Estreno el apartado de TV con un post (recuerdénlo aquí) sobre la serie Monk, y sucede que la correcta traducción para apellidos no es Monje, es Monge. Igual que lo adaptan los franceses, como en la Rue Monge. Del mismo París.


y CUATRO

Y hace unos días me llega un mail con un video de un tal Monge, que muestra la performance de una obra cuyo final evoca una portada propia del género interrobang de los setenta. En blanco y negro por si quedaba alguna duda. Y el video es en francés. De París.

Ya sabía lo que Rick le quiso decir a Elsa con aquello de "siempre nos quedará París".
Lo que aún no se es lo del Monge.
Y ustedes ¿lo saben?.

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