miércoles, 3 de febrero de 2016

Los muertos viajan deprisa de Nieves Abarca y Vicente Garrido

Los muertos viajan deprisa
con permiso de Bram Stoker
A su sofisticado universo propio, que corría el riesgo de fagocitarse a si mismo, le han añadido, con gran habilidad, unas extensiones que conectan con una realidad más cotidiana y pausible y por tanto acercan el argumento a lo coloquial con lo que ganan en veracidad y cercanía social.

Los muertos viajan deprisa es un clamoroso reconocimiento, no exento de ironía y sutil crítica, al mundo de la novela negra, aunque haya amores que matan, que incluye a toda la comunidad noir: lector, groupie, escritor, negro, librero, editor, crítico literario, blogger, periodista de sucesos, policia, profiler, detective privado, comisario de semanas negras, talleres literarios, incluso Pagina 2 de RTVE.

Hay humor en sus párrafos que sorprende al no estar presente en sus novelas anteriores y que se agradece ya que demuestra que los autores están saliendo del encorsetamiento autoimpuesto por el que se regían y no temen salir de su zona de confort como lo demuestra que con Los muertos viajan deprisa los autores, reales y ficticios, ajusten cuentas con sus inicios y su entorno, cerrando temas de anteriores novelas y dejando retratado al oropel del mundo noir.

El sueño eterno
puede presentarse,
sin previo aviso,
a bordo del Tren Negro
Con un inicio muy potente de dos tramas simultaneas, una ubicada en el entorno carcelario donde reside El Peluquero al que detuviera hace tiempo Valentina Negro, y otra con un peculiar y violento asesinato a bordo del Tren Negro lleno de escritores con rumbo a la Semana Negra de Gijón, ¿guiño policial a la gran dama del crimen?, la novela anticipa que el argumento va a jugar en varios frentes y que el ritmo frenético está garantizado.

Un nuevo buceo a las oscuras perturbaciones del alma humana para revelarnos que para alimentar sus debilidades las personas son capaces de fortalecer sus aspectos más malvados. Así consuman actos delictivos que justifican como acciones de autodefensa; todo un alarde de mente retorcida.

Y es que en la novela la psicología de cada personaje es clave para entender sus movimientos, sus actos y su modo de relacionarse. Los personajes de Nieves Abarca y Vicente Garrido son siempre tan complejos como lo son las personas de verdad que a menudo esconden más que lo que muestran y de lo que muestran la mitad es mentira.

Los autores han compuesto su novela más ligera en la que han sabido sintetizar el relato manteniendo lo esencial con sus protagonistas habituales, consiguiendo una lectura más ágil y más absorbente, si cabe, de lo que nos tienen acostumbrados y todo sin perder ni un ápice de calidad literaria ni renunciar a su estilo detallista y de descripciones eclécticas y abriéndose a experimentar con distintos niveles de lectura al introducir narraciones dentro de la novela como elementos de metaliteratura.

El Tenedor del Hereje:
una muestra más de la inventiva
creativa de la inquisición
Los lectores no solo van a encontrar una novela con un argumento noir potente, marca de la casa, sino que esta vez además van a disfrutar de una crítica, contenida pero manifiesta del amistoso mundillo literario donde los apretones de manos, alabanzas y felicitaciones son el reflejo, al otro lado del espejo, de envidias, rencores y puñaladas traperas y que viéndolo en el mundo del asesinato en papel resulta aún más regocijante que en otras profesiones.

Una única duda persiste después de la lectura: ¿a quienes habrán matado en realidad Nieves y Vicente?

La banda sonora de la novela la ponen The Smiths con Cemetery Gates, The Beatles con Eleanor Rigby y The fool on the hill y concluye con I can’t help falling in love interpretada por Elvis Presley sonando en una boda ¿de quién?.

Las reseñas de sus anteriores novelas pinchando sobre el título:

  1. Crímenes exquisitos
  2. Martiryum
  3. El hombre de la máscara de espejos

2 comentarios:

  1. Leí en su día Martiryum y la verdad es que me gustó. Me la apuntó.
    ¡Un placer como siempre, Jordi!

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