domingo, 21 de febrero de 2016

Sylvia de Howard Fast

Sylvia es una novela negra poética como poetisa frágil y sensible es la propia Sylvia con quien se empatiza gradualmente a medida que se conoce su pasado y se le entienden sus acciones.

La novela negra que cuesta más escribir es aquella que siendo negra de contenido, no lo parece por presentar una estructura alejada del mainstream.

La novela negra americana nutre sus argumentos de la desesperación y de la lucha por sobrevivir en una América que encadena momentos en los que o bien vive una  guerra o una post guerra.

Una América repleta de corrupción, nepotismo, racismo, miseria y hambruna. Una América que incluso hoy, adalid de los que se han hecho a sí mismos, sigue manteniendo lugares donde parece no haber transcurrido el tiempo y mantiene las mismas inseguridades y carencias que se reflejan en las tramas que generaron la mayor cantidad de novela de negra de calidad que aún hoy se puede leer.

No hay que ser investigador privado para saber cómo vivía entonces un investigador privado. Un husmeador. Un piojo. Alguien que sobrevivía alimentándose de los miedos de los que tienen algo que ocultar: infidelidades, trampas, estafas, desapariciones. Aspectos menores hasta casi para ser considerados delitos e impropios para una policía mermada de recursos y de ganas de trabajar.

¿Cómo llega un licenciado en Historia Antigua, que ambiciona ser profesor, a dedicarse a la investigación de lacras y sarpullidos de la sociedad? Por necesidad sin duda alguna y también por casualidad.

Alan Macklin, el detective privado de esta novela, recibe el encargo de averiguar el pasado de Sylvia West. Su millonario prometido quiere tener la certeza de que no haya nada turbio que empañe su futuro y que su amor es sincero y no deslumbrado por el dinero. A Alan Macklin no le gusta el trabajo pero si lo que va a ganar con él y si además tiene cuenta de gastos holgada con lo que regalarse algún que otro capricho como buenos hoteles y buenas comidas aún mejor.

Alan Macklin es un hombre culto, aficionado a la lectura, sin vicios evidentes, sin pasados tortuosos y que no busca la redención; todo un rara avis en los detectives de la época de ahí que también lo sean sus métodos.

Reconstruir la vida de Sylvia, una mujer desde su niñez a la actualidad a partir de indicios, sin interpelaciones directas, es como generar un gran flash back y eso es ni más ni menos lo que le toca hacer en la América de los cincuenta.

Howard Fast ofrece un argumento cuya trama impulsa constantemente a la reflexión a cada nueva pista que aparece. La narrativa explora de forma delicada los sentimientos y el ritmo es calmado pero consigue transmitir la intensidad de las vivencias que experimenta tanto el detective Alan MacKlin como las que vivió en su momento Sylvia.

El autor consigue mantener el suspense hasta el mismo final cuando el detective tiene que concluir su informe y no sabemos que escribirá.

Novela negra de contenido sociológico que se entretiene en destacar las particularidades humanas de los distintos protagonistas que abarcan distintas tipologías y oficios y que son habitantes de distintos estados a partir del crecimiento como mujer y como persona de Sylvia. Una road movie que yendo hacia delante avanza hacia el pasado.

Es de esas novelas de lectura satisfactoria. Un clásico entre los clásicos. Todo un ejemplo de novela negra sin necesidad de recurrir a ningún delito espeluznante. Todo un ejemplo de historia de amor sin necesidad de ser empalagoso.

Y todo un mérito y un ejemplo para muchos de los escritores actuales que llevan hasta el esperpento sus argumentos buscando originalidad y por ese motivo no dejan de parecerse unos a otros.

2 comentarios:

  1. Es apetecible leer esta novela veré si la encuentro pronto.
    Gracias por traer cosas tan interesantes. Saludos del casi final ya del Carnaval Canario.

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    1. Gracias a ti por seguir el blog de forma tan participativa ;-)

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