domingo, 15 de enero de 2017

X de Rayos X de Sue Grafton

Con X de Rayos X se radiografía
el alma humana.
El micro universo de la población californiana de Santa Teresa y alrededores es donde la investigadora privada Kinsey Millhone lleva a cabo sus pesquisas, como si de un Saint Mary Mead de Miss Marple se tratara, y a pesar de lo reducido del habitat pero siendo la naturaleza humana de una complejidad sorprendente, es normal que se deje de pagar un impuesto o se cometa el crimen más vil sucediéndose así casos de inesperada tipología y distinto calado delictivo.

Tantos casos como para llenar todas las letras del abecedario (de hecho solo faltan dos: Y y Z) y conformar El Alfabeto del Crimen. Con X de Rayos X se radiografía el alma humana.

Kinsey Millhone, que ya no tiene acuciantes problemas de dinero como antes, se encuentra en la posición de poder rechazar encargos pero afronta en esta ocasión una investigación de apariencia fácil: descubrir el paradero de un convicto liberado; solo es tirar de contactos y sumarle paciencia, pero el azar le lleva a descubrir que ha sido timada. Y un chispazo de orgullo herido la lleva a investigar por su cuenta descubriendo que detrás de lo simple se esconde lo complejo.

Quien iba a suponer que tronco tan delgado coronase con tan frondosa y ancha copa de árbol donde se cobijan especies diversas de pájaros.

Como pajarraco de mal agüero es también un tema inacabado de su colega asesinado Peter Wolinsky que la inmiscuye en una misión humanitaria de últimas voluntades que amenaza con acabar con todas, sean últimas o primeras, buenas o malas.

Y por si fuera poco hay nuevos vecinos, de esos que hacen que congeniar no sea un verbo de fácil rima y por respeto a Henry debe comulgar ocultando aspavientos aunque la intuición le diga lo contrario.

Y ya se sabe que en Kinsey Millhone la intuición supone un alto porcentaje en la resolución de sus casos. Y ahora se enfrenta a tres simultáneos, como bolas de colores lanzadas al aire por un malabarista.

Sue Grafton es la malabarista y con la misma facilidad con que la se manejan esas bolas, en la novela se presentan varias historias que no llegan a entremezclarse y que exploran relaciones personales con profesionales y casos delictivos, manteniendo un ritmo alto de tensión en cada uno de ellos con el desenlace adecuado a cada cual.

Teclado Qwerty
Y todo sucede mientras cada día sale el sol y se vuelve a poner: desde salvar la vida de milagro a manos, y nunca mejor dicho, de un asesino brutal a quehaceres domésticos tan inspiradores como hacer la colada o preocuparse de fórmulas ahorrativas del agua en tiempos de sequía.

Es esa habilidad para reflejar que el crimen convive con la cotidianeidad y que puede manifestarse en casa del vecino lo que ha hecho de Sue Grafton todo un referente en ese género policíaco, desde 1982, que hoy alguien intenta asimilar como domestic noir para darle un aire más mediatico.

Los delincuentes a los que se enfrenta Kinsey tienen ese punto en común de falta de ética y de solidaridad que a ella tanto le sublevan y es que Kinsey Millhone valora mucho el ser honesta, responsable y respetuosa.

Considera que tan delito es asesinar como no reciclar residuos, salvando la gravedad del hecho y ayuda a la justicia a actuar con la contundencia que corresponda a cada caso. Por eso nos apasiona; por su integridad y por su sentido del deber. Porque la madurez la hace más libre y más sarcástica. Y la envidiamos por su eterna juventud y su capacidad de correr cinco kilómetros diarios sin desfallecer.

Anteriormente reseñadas en el blog:






2 comentarios:

  1. Me había "saltado" varias letras del abecedario de Sue Grafton pero con la X he vuelto a disfrutar mucho. Ojalá lo cierre igual de bien con las dos próximas letras.

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    1. Creo que los altibajos a lo largo de la serie son tan mínimos que no afectan para nada su valoración y, ciertamente, estos últimos están resultando especialmente interesantes. Vamos a confiar en que se cumpla tu deseo ;-)
      Saludos!

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